Encontrar el lugar adecuado para
cada uno. La clave para acercarse o
alejarse de lo que ya cada uno es. Un lugar donde podamos hacer, para ser.
Uno puede hacer muchas cosas, pero
hay una de todas que nos encaja mejor. Que enciende nuestra habilidad.
Que nos hace sentir que estamos
jugando el juego que mejor sabemos jugar.
Es como cuando aprendemos rápido eso
que no te cuesta explicar, pero quizás sí, que otros entiendan.
Eso que te cautivó cuando lo viste por
primera vez. Que te hizo admirar a esas personas que ya lo hacían. Que a tus
ojos, ese otro se veía maravilloso por el simple hecho de animarse a eso que también
era tu deseo.
Es ese sentimiento que no decanta
con los años.
Esa sensación de que para empezar a
hacerlo nunca vas a perder la potencialidad.
Ese deseo no envejece, ni se gasta y que va
a hacerte sentir joven para siempre.