lunes, 2 de mayo de 2011

Incorporando


Hay veces que quiero verte y hay otras que directamente te necesito.
Pensar que una vez estuvimos sentados en la misma mesa. Sin hablarnos, sin siquiera mirarse. Pero atrayéndonos mutuamente como dos planetas gigantes.
Entro en tu orbita y me arrastras. Atrás solo queda la estela de mis razonamientos. Ya no puedo pensar más. Y te lo agradezco.
No solo te robas mi capacidad de huir…sino que la perdés! No sabes donde la dejas y ya no la recupero nunca.
Es desilusionante. Tanto recorrer montañas y que ninguna me eleve más que vos.
Esa dependencia de éxtasis. Saber que hay algo aún más intenso, de lo que creía no poder superarse.
Percibir el mundo del mismo modo al mismo tiempo, es una cosa que valió la pena saber que era posible.
Yo que pensé que ya sabia lo que era sentir. Pensé que sabía el significado de hedonismo. Descubro que muy pocos tienen la suerte de probar el placer. De que el goce es para cualquiera, pero que el placer se vuelve a disfrutar con solo evocarlo.
El placer es el que no da nostalgia. Es el que se recuerda sin dolor de que sea pasado. Porque esta impregnado en nuestra esencia y ya no es mas una sensación sino que ahora es parte de nosotros.